Miembros del directorio de la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR), encabezados por su presidente, Mario González, y el vice, Pablo Asens, se reunieron con el secretario de Agricultura de la Nación, Juan José Bahillo, para plantear dificultades que afectan a la vitivinicultura de Argentina y avanzar en una agenda estructural que articule políticas públicas y asistencia a la cadena productiva.
El primer tema analizado fueron los resultados negativos de la ampliación del Programa de Incremento Exportador (conocido también como dólar agro) como medida que permita mitigar el daño que está produciendo el atraso cambiario sobre la competitividad y las exportaciones de la vitivinicultura argentina. Un dólar diferencial para las economías regionales fue un anuncio del ministro de Economía, Sergio Massa, durante el Desayuno de COVIAR en Vendimia el 7 de marzo pasado. Y desde entonces ha tenido escaso avance.
Desde COVIAR se planteó que el dólar agro no funcionó, por lo que la herramienta necesita cambios. Y en ese sentido, se volvió a insistir en la necesidad de terminar en paralelo con el esquema vigente de retenciones a las exportaciones que todavía pesa sobre gran parte de las bodegas exportadoras.
Junto con esto, desde COVIAR se planteó también al Secretario de Agricultura la necesidad de mantener la agilidad en los trámites y ejecución de las SIRA y SIRASE, para permitir el ingreso de insumos y maquinarias indispensables para la producción y continuar con el pago de servicios en el exterior para no afectar las exportaciones.
En materia de acuerdos comerciales, se insistió en la necesidad de avanzar en la negociación con México para que se eliminen aranceles que el vino argentino paga para ingresar a este importante mercado latinoamericano.
Asistencia y financiamiento
Sobre el combate contra la Lobesia Botrana o polilla de la vid, se insistió en la necesidad de confirmar los recursos y agilizar los plazos para la compra de los insumos importados indispensable para continuar con la lucha activa contra esta plaga que afecta fuertemente a la producción vitivinícola.
Y se insistió en la necesidad de avanzar con los últimos requisitos formales administrativos para poder poner en marcha este año el Proviar II, un proyecto que tiene financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por U$S40 millones para asistir a productores vitícolas y bodegas de todo el país.
Finalmente, se trabajó también sobre el Fondo para el Desarrollo del Enoturismo -FDE- de $300 millones en Aportes No Reembolsables, mediante el que se busca desarrollar e impulsar a los emprendimientos enoturísticos en infraestructura o capital de trabajo, fortaleciendo la cadena de valor del sector y el desarrollo de las economías regionales. A la fecha se han presentado más de 150 ideas proyecto que están siendo analizadas con la posibilidad de ser financiadas con estos recursos provenientes del Fondo Fiduciario Nacional de Agroindustria – FONDAGRO.