Dados los recientes ataques contra la institucionalidad público-privada de la vitivinicultura argentina que han expresado algunas organizaciones, desde la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR) creemos importante informar al respecto.
Específicamente, en relación a la información falsa y errónea difundida los últimos días por dichas organizaciones, a través de medios de comunicación gráficos, digitales y audiovisuales de San Juan, nos vemos obligados a aclarar que, COVIAR no es una repartición del Estado. Informamos también que la ley 25.849 que instituyó formalmente la COVIAR – ente público no estatal – y le dio al Plan Estratégico Argentina Vitivinícola 2020 rango de ley, no está próxima a vencerse. Y reafirmamos que el Directorio de COVIAR es el órgano de gobierno de dicha Institución.
Además, más allá de aclarar acerca de la información falsa y errónea que ha sido difundida, queremos expresar que disentimos en el hecho que la única propuesta sostenida por algunos se resuma en una sola idea: la destrucción.
Disentimos en que la única propuesta sea la no propuesta, la destrucción, el cero. La articulación, el pensamiento y la discusión a través de diferentes espacios en el ámbito público-privado es un herramienta para la acción; del otro lado, plantear la destrucción no es una herramienta sino la eliminación de la herramienta, sin más. La no idea, no aporta soluciones ni defiende a la producción.
COVIAR es una organización pública no estatal encargada de gestionar la implementación del Plan Estratégico Argentina Vitivinícola 2020, está integrada por el Gobierno Nacional, los gobiernos provinciales de: Catamarca, La Rioja, Mendoza, Neuquén, Río Negro, Salta y San Juan, y 13 cámaras empresarias: Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas, Asociación de Viñateros de Mendoza, Bodegas de Argentina, Cámara Argentina de Fabricantes y Exportadores de Jugo Concentrado de Uva, Cámara de Bodegueros de San Juan, Cámara de Productores Vitícolas de San Juan, Cámara Riojana de Productores Agropecuarios, Cámara Vitivinícola de San Juan, Centro de Viñateros y Bodegueros del Este, Federación de Cámaras Vitícolas Argentinas, Productores de Uvas de Mesas y Pasas, Unión Vitivinícola Argentina y un representante por el sector privado del resto de las provincias vitivinícolas.
Esta unión fue formalizada mediante Ley Nacional Nº 25.849, que instituyó formalmente la Corporación Vitivinícola Argentina y le dio al Plan Estratégico Argentina Vitivinícola 2020, rango de ley. El horizonte del Plan Estratégico Vitivinícola Argentina 2020 es implementar acciones colectivas de relevancia, surgidas del debate y del consenso en el seno de COVIAR.
La composición institucional de COVIAR indica el carácter nacional, transversal, participativo y abierto de la entidad, como así también la fortaleza que tiene la misma al estar compuesta por 13 Cámaras empresarias – 6 de las cuales son Cámaras de Productores – los gobiernos provinciales y el Gobierno Nacional en cabeza del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV).
Asimismo, en relación a la producción primaria de San Juan, la Ley 25.849 dispone la participación de “…el representante de los Productores de Uva en Fresco y Pasas de Uvas de la Provincia de San Juan y el representante de los Productores Vitícolas de la Provincia de San Juan…” quienes son nominados por el Gobierno de la Provincia y por tanto integran el Directorio de COVIAR.
Desconocer esta institucionalidad y esta apertura es desconocer también a las organizaciones, gobiernos provinciales y gobierno nacional, como miembros de COVIAR.
Por otro lado, en la Ley 25.849 no hay plazo de caducidad de la vigencia temporal del ente público no estatal instituido por la misma, por cuanto el Plan Estratégico Argentina Vitivinícola 2020 es un estrategia de planificación sujeta a una permanente actualización, siendo también permanente sus funciones y objetivos. Desde el comienzo de la ejecución del Plan Estratégico Vitivinícola se han realizado 10 jornadas de trabajo de revisión del Plan Estratégico.
Además, en la actualidad en el marco del Plan Estratégico Vitivinícola se desarrollan más de 15 acciones vinculadas con el mercado argentino de vinos, el posicionamiento del vino argentino en el exterior, el apoyo al desarrollo de pequeños y medianos productores de uva, el desarrollo del sector de uva de mesa y pasas, la competitividad de la cadena de jugo concentrado de uva, la priorización y apoyo a la investigación, desarrollo tecnológico e innovación en el sector, la generación de información estratégica vitivinícola, el desarrollo del turismo del vino y el diseño de estrategias de negociación internacional.
Estas acciones las ejecutan entidades y organizaciones tales como la Bolsa de Comercio de Mendoza, Wines of Argentina, Fondo Vitivinícola Mendoza, Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria y las Asociaciones ad hoc de productores, turismo e investigación y desarrollo, entre otras.
El presupuesto para la realización de dichas acciones proviene casi en su totalidad de aportes que realizan los establecimientos vitivinícolas. Dichos aportes corresponden a:
- Elaboración de vino, mosto u otro producto vitivinícola.
- Fraccionamiento de vino sin indicación de variedades.
- Fraccionamiento de vino con indicación de variedades.
- Despacho al consumo interno o exportación de mosto concentrado.
- Ingreso de uva a establecimientos de uva en fresco y pasa de uva.
Al respecto es preciso agregar que la producción de uva – y por tanto los productores – no son aportantes al Plan Estratégico Vitivinícola, según lo dispuesto por Ley Nacional Nº 25.849.
Entre los resultados del Plan Estratégico Vitivinícola se pueden mencionar los Centros de Desarrollo Vitícola, el proyecto de integración de productores a la cadena vitivinícola (PROVIAR), gestión de financiamiento para la compra de tractores, la implementación de viticultura de precisión en pequeños productores, la declaración del vino argentino como la bebida nacional, la distinción del Martín Fierro a la mejor publicidad genérica, 7 campañas de promoción del vino en Argentina y en el mundo, el Día Mundial del Malbec, aumento del mínimo no imponible para las contribuciones patronales, devolución del 2,5% de retenciones, construcción de laboratorios enológicos, realización de simposios de viticultura y enología, financiamiento para investigaciones y planes de desarrollo de turismo, entre otros.
Esto se logró gracias al trabajo de articulación del sector privado con el sector público, en especial con los organismos nacionales y los gobiernos provinciales – con un apoyo muy importante del Gobierno de San Juan – y esencialmente con el Gobierno de Mendoza, quien lideró la no implementación del impuesto interno al vino, la eliminación del impuesto a los espumantes, la posibilidad de realizar publicidad en vía pública en Ciudad de Buenos Aires y la lucha contra la Lobesia Botrana, solo por nombrar algunos casos exitosos del último tiempo.
Solo PROVIAR significó, entre 2009 y 2013, financiamiento para 2.869 productores asociados a 140 establecimientos de 9 provincias. Se formaron 199 grupos asociativos y se abarcaron 16.700 hectáreas. La ejecución de este proyecto representó 198 millones de pesos volcados directamente a los oasis productivos, montos inéditos de inyección de recursos en un período de tiempo determinando, al sector productivo primario. El Banco Interamericano de Desarrollo – organismo que otorgó los fondos – reconoció los resultados de este proyecto y señaló al respecto que “tuvo un impacto significativo en producción y rendimiento” en los productores beneficiarios (publicación “Money for Wine? Complementarities in the provision of private and public goods to wine producers” Gibbons, Maffioli y Rossi).
Concretamente en San Juan el proyecto de integración de productores integró 651 productores a 30 establecimientos vitivinícolas, asistiéndose así a 3.419 hectáreas. En dicha provincia funcionan actualmente 2 Centros Vitícolas – Media Agua y Caucete – que asisten técnicamente a productores y que están conformados, entre otras, por estas organizaciones que militan la idea de la destrucción de COVIAR y opinan sobre el fracaso del Plan Estratégico.
Proponer disolver COVIAR es proponer disolver los Centros Vitícolas, ya que en ese caso no hay propuestas para su continuidad como tampoco para asistir a los productores y para emplear a los ingenieros y técnicos que trabajan en los Centros.
El Plan Estratégico Vitivinícola es mencionado recurrentemente como caso de éxito y modelo a reproducir por otras cadenas productivas del país, como carne, frutas y cítricos, entre otros. El modelo vitivinícola ha sido destacado por dirigentes políticos de diversos espacios y regiones del país, como el Secretario de Agroindustria de la Nación, el Gobernador de Salta y el Gobernador de Jujuy, entre otros.
Actualmente nos encontramos trabajando interinstitucionalmente, con el liderazgo del INTA, en una nueva estrategia más allá del 2020. Este trabajo se está haciendo con información y horas de discusión. En esta línea todos están invitados a participar y a trabajar.
Finalmente, creemos que la cadena vitivinícola toda no se puede desarrollar normalmente en el escenario de volatilidad que ha caracterizado al país en los últimos años y que claramente la excede.
La organización e institucionalidad de la vitivinicultura no debe ser solo el ejemplo que imitar por otros sectores, sino el motor de nuestra renovación. Mantener viva la institucionalidad es un reto evitando que su fuerza real – la fuerza expresiva de todos los actores de la cadena – sea desplazada ante los intereses egoístas particulares, que la hacen más débil y la transforman – y la aprovechan – en sistemas de poder al servicio de causas individuales. Estos intereses no tienen visión, y cuando la visión falta, las actividades mueren.
La vitivinicultura nacional tiene algo que desde hace tiempo ha reclamado Argentina: un acuerdo amplio, una política de estado y una mesa de diálogo. Quienes plantean la destrucción de esto señalan un retroceso y una falta de visión que espanta y genera una gran impotencia.
Creemos también que, tal como lo hemos sostenido repetidamente, existen desafíos por delante y que todos los actores debemos, desde cada lugar, trabajar articuladamente aportando ideas. Como siempre invitamos a todos aquellos que ven a la vitivinicultura como actividad social, cultural y económica, a pensar y a actuar.