El turismo del vino tiene su norma nacional para poder volver a trabajar una vez que se vaya levantando paulatinamente la cuarentena decretada en Argentina para enfrentar la pandemia mundial desatada por el COVID19. Se trata de una serie de medidas que buscan prevenir el contagio y sentar las bases para que las bodegas de todo el país puedan volver a recibir visitantes.
La norma surgió de un intenso trabajo de articulación público privado llevado a cabo por la comisión Normativa COVID19 que se armó en la unidad Ad Hoc de Turismo del Vino de la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR) que reunió y propició la participación de operadores y actores del sector privado y funcionarios del área a nivel nacional, provincial y municipal.
En una reunión virtual vía Zoom con unos 150 participantes de todo el país, desde la Ad Hoc de Turismo del Vino se presentó hoy ante operadores y funcionarios nacionales y provinciales la “Normativa COVID19 Enoturismo”.
A diferencia de un protocolo, de cumplimiento sugerido, la norma impone un carácter superior y establece condiciones de obligatoriedad para los operadores y de seguridad para los futuros visitantes. Dos condiciones fundamentales pensando en una recuperación cercana en el tiempo del sector en un contexto donde aun no se supera la crisis sanitaria desatada en todo el mundo por el COVID19.
“Este es el mejor ejemplo de trabajo y articulación público – privado y uno de los ejes de acción estratégicos de la COVIAR. La norma es mucho más que un protocolo y ha sido fundamental el aporte de las secretarias y direcciones de turismo de la Nación y de las provincias para poder armar y consensuar esta verdadera herramienta de trabajo para poder pensar en una vuelta de los visitantes a nuestras bodegas”, afirmó Pablo Asens, vicepresidente de COVIAR.
“Necesitamos este tipo de herramientas para avanzar en un proceso de reapertura importante de la oferta turística de la provincia. En el caso de Mendoza, el turismo del vino es clave porque es un componente fuerte de la oferta y un elemento representativo de la provincia”, admitió Mariano Alguacil, director de Planificación y Desarrollo del Ministerio de Turismo y Cultura de Mendoza.
Puntos centrales
La norma desarrollada especialmente para el turismo del vino nacional se divide en campos de aplicación y estos son sólo algunos de sus puntos centrales:
Personal afectado a la atención del visitante:
-Se establece la obligatoriedad de controlar de forma periódica la temperatura del personal para detectar de forma temprana síntomas compatibles con el COVID19. Nunca debe superar los 37.5 grados. Y se deben usar dispositivos (termómetros) sin contacto directo.
-Todo el personal afectado al servicio de atención al turista en forma directa (Guías, mozos) o en forma indirecta (administrativos, personal de cocina, personal de limpieza) deberá utilizar los Elementos de Protección Personal (EPP) correspondientes respecto del riesgo al que se encuentren expuesto. Y estos elementos deben ser de uso personal exclusivo y el empleador debe garantizar un stock permanente.
-Es indispensable y obligatorio que la bodega realice una capacitación a los trabajadores en los nuevos procedimientos, en el uso y descarte de los EPP y protocolos de higiene personal y colectiva con profesionales competentes.
Uso de espacios e instalaciones:
-En espacios como salas de recepción y ventas, degustación y restaurante, se deberá redefinir la capacidad de carga de las áreas destinadas a la atención de público basados en el “Distanciamiento social” requerido, respetando distancias mínimas de entre 1,5 a 2 metros. Se recomienda una densidad máxima de cuatro (4) personas cada 10 metros cuadrados de superficie.
-Delimitar muy bien los circuitos de visita y señalarlos adecuadamente para evitar en todo momento la aglomeración de personas.
– Intensificar la limpieza y desinfección de todos los espacios comunes de trabajo y atención de público, como mínimo 3 veces por día. Se recomienda realizar una limpieza y desinfección cada vez que se termina con un servicio o grupo de visita.
Atención al cliente:
-Se establece como obligatorio el uso de reserva previa tanto personal como a través de un intermediario (operador turístico) para asistir a un establecimiento enoturístico, de modo que este pueda disponer de horarios de visitas y cumplir con los requerimientos fijados en cuanto a higiene del personal, medidas de seguridad y distanciamiento social.
-El visitante deberá completar y enviar con su reserva una Declaración Jurada con sus datos personales y de contacto, su autorización para circular e informar si ha tenido durante las 24 horas antes a su visita algún síntoma compatible con el COVID19.
-Todo visitante para ingresar deberá lavarse las manos en un baño y desinfectar la suela de sus zapatos pisando una solución de agua con lavandina. Durante la visita deberá usar siempre el tapabocas.
-Durante las degustaciones, se sugerirá al visitante no sacarse el barbijo o tapabocas sino bajarlo al mentón, con el fin de evitar la manipulación y posible contaminación del mismo. Y siempre deberá estar disponible alcohol en gel para limpieza y sanitizado de las manos de los turistas.
-Mantener siempre la distancia interpersonal exigida, disponer de una cantidad suficiente de copas para reducir al mínimo la manipulación y ofrecer servicios individuales de agua y alimentos como galletitas o quesos.
-Nunca permitir la manipulación de botellas por parte de los visitantes y siempre exhibirlas en vitrinas cerradas las que están para la venta, facilitando promociones o packs para ser llevados directamente sin abrir.
-Para las bodegas que ofrecen servicios gastronómicos y organización de eventos, siempre que cumplan las disposiciones generales de cada jurisdicción, se recomienda seguir los protocolos de seguridad de la Asociación de Hoteles de Turismo de la Argentina (AHT) que ya fueron autorizados por el Ministerio de Salud de la Nación.
Para acceder a la norma completa, los interesados deben entrar aquí.