Durante el segundo semestre de 2015, la vitivinicultura del país se encuentra haciendo una revisión profunda de todas sus variables que hacen a la cadena del sector. Con ese objetivo, la COVIAR -y sus distintas unidades ejecutoras- han propuesto una serie de talleres con la participación de sus principales actores de la producción primaria, elaboración, traslado y comercialización.
El segundo “Encuentro-Taller sobre Producción Primaria” se realizaron en las instalaciones del INTA Luján, (el primer Taller se realizó en Bs.As. y fue sobre Mercado Interno donde se presentó un estudio sobre el comportamiento y el perfil de los consumidores argentinos de vinos y bebidas sustitutas). Integraron estas mesas de debate, referentes calificados y representativos de la producción primaria vitivinícola: grandes, medianos y pequeños.
Una de las principales conclusiones y el “gran dilema” al que se enfrenta el sector primario de la industria, es que necesita ser más eficiente. “Tenemos que lograr que nuestro productor sea cada vez más eficiente, porque en un esquema productivo que tiene más del 70% de sus costos concentrado en mano de obra, es inviable cualquier búsqueda de rentabilidad mínima. Tenemos que lograr que ser pequeño productor no implique ser ineficiente. Con lo cual las políticas públicas, deben adaptarse y comprometerse a bajar costos para encontrar rápidamente puntos de equilibrios en la rentabilidad”, advirtieron los especialistas.
Algunas pautas de lo que sucedió en la Producción Primaria en los últimos 10 años
Hasta el 2010, hubo una adecuación productiva hacia las uvas tintas, pero no de todas las regiones vitivinícolas del país en la misma proporción. La zona del Valle de Uco y el oasis Centro de la provincia, son la que hicieron en mayor medida esa adecuación productiva hacia uvas tintas. El oasis Sur, el Este, el Norte, en menor medida. En San Juan, el 46% siguen siendo uvas rosadas (uvas que van a mosto). Éste porcentaje coincide con el dato histórico de que San Juan elabora y destina más del 40% de sus uvas a mosto). Hay una transformación en el consumo de vinos que va de blancos a tintos. En la década de los 90´ se consumía un 60% de vinos blancos, 40% de tintos. En 2015 el consumo de blancos es solo de un 25%. El 75% es tinto.
Un fenómeno muy marcado es la aparición de variedades de uvas tintoreras (más de 2.000 has en el oasis Este). Aquí se plantea un interrogante y el debate de ¿Por qué han crecido ese tipo de variedades?. Algunos estiman que van directamente a teñir uvas blancas escurridas y a transformar vinos blancos en tinto (ésta metodología va en detrimento al productor que reconvirtió su finca y la adaptó a las señales de consumo). Otros consideran que es un fenómeno mundial donde los grandes establecimientos elaboradores plantan éste tipo de variedades para darles color a sus vinos.
A principio del siglo XXI, las uvas tintas eran un tercio de la producción total, hoy son el 50%. Las uvas rosadas a principios del siglo XXI eran un 40% y hoy son el 30%. Otro mensaje importante es sobre la vulnerabilidad de esas uvas. Las uvas de alta gama o alto valor enológica y las de gama media son de uvas tintas y los caldos son menos vulnerables a la competencia con las bebidas sustitutas (cerveza, jugos, gaseosas, aguas saborizadas). Los vinos más vulnerables a esa competencia, son los de gama baja (o finitos, mezcla de uvas tintas con otro color) y los vinos que se envasan en tetra. Otro dato importante es como a partir del 2010, se frena o estanca el proceso de adecuación productiva.
Otro dato que se desprende de los estudios, es que las dos zonas más importantes de la producción nacional, San Juan y el oasis Este de Mendoza, no se parecen al promedio nacional.
Los cambios confirman que la producción primaria ha respondido a las señales que dicta el consumo. También respondió al precio de las variedades. En éste análisis de precios, surge la pregunta si en el 2010/2011 hubo una burbuja de precio producida por la escases de uvas tintas de la cosecha 2009 por los inconvenientes climáticos que determinaron producciones muy bajas (de hecho fueron años que se tuvo que importar uva tinta desde Chile).
La adecuación productiva implicó cambio de actores y de zonas. Aquellas zonas u oasis que respondieron con mayor énfasis a las señales del consumo y tuvieron la posibilidad de hacerlo, son las que aumentaron su participación en el Valor Bruto de la Producción. Las demás, claramente perdieron participación en ese VBP.
PRECIOS Y RENDIMIENTOS
No hay grupos que se encuentren en la mejor situación: rendimientos y precios mayores al promedio. Las uvas rosadas de la Zona Sur de Mendoza claramente se encuentran en una situación de precios y rendimientos menores al promedio. 1/3 de la superficie se encuentra en una situación de precios mayores al promedio y rendimientos menores al promedio. Valle de Uco y Zona Centro de Mendoza. 40% de la superficie se encuentra en una situación de precios menores al promedio y rendimientos mayores al promedio. Zona Este de Mendoza y San Juan.
De toda la uva que se vinifica en el país, salen al consumo –interno y externo-, un 56% de vinos tintos (de los cuales 21% son varietales y 35% sin denominación varietal). Un 22% de vinos blancos no varietal y un 26% de mosto.
Dato fuerte: En la actualidad se ha debilitado la demanda de uvas tintas por su mayor valor y para el segmento de los vinos genéricos que se conoce como “finitos”. Los elaboradores, demandan uvas que son más baratas y que tienen mayor rendimiento y de ésta manera, permiten satisfacer la demanda de vinos tintos sin uvas tintas,-es decir- hoy hacen vinos tintos con blancos escurridos que tiñen con color (tintoreras). Éste proceso está permitido por el INV, pero es una señal distorsionada, primero al consumidor y por otro lado, al productor que reconvirtió. Por eso, la adecuación productiva fue parcial. El sector elaborador encontró una respuesta tecnológica para satisfacer la demanda actual de vinos tintos con uvas rosadas y blancas. Es un tema a debatir profundamente. Con ésta situación, hay una competencia directa con el sector del mosto, porque el productor que tiene uvas rosadas prefiere mandarlas a la elaboración de vinos para el mercado interno donde hoy tienen salida y obtienen algo de rentabilidad.
Precio de las uvas (Según los resultados económicos ajustados con el índice de precio del Congreso Nacional)
El precio actualizado de todas las uvas está por debajo (-25%) del promedio histórico. El precio de las uvas tintas está por abajo del promedio histórico (-25%), después de un breve período de precios extraordinariamente altos 2009 (y por lo tanto difíciles de repetir). El precio de las uvas blancas y las tintoreras están cerca en su límite mínimo histórico (40% abajo del promedio histórico). El precio de las uvas rosadas está cerca de su promedio histórico (- 5%).
Precios deflactados por salarios
Prácticamente todas las uvas deflactadas por salarios están en su mínimo histórico. El deflactor salarios se relaciona fuertemente con la evolución de costos por lo que estos resultados anticipan la difícil situación de rentabilidad que vive el sector en la actualidad. El precio actualizado de todas las uvas está en el límite mínimo histórico. Un valor 30% inferior al promedio histórico.
Los precios promedios históricos más altos se dan en las tintas varietales y en las tintoreras y los más bajos en las rosadas y en las blancas. Para una planificación de largo plazo deberían considerarse los precios promedios históricos y no extrapolar los actuales precios deprimidos. Esto es así porque los precios a corto plazo muestran un comportamiento influenciado por el ciclo económico.
Rendimientos Productivos
Los rendimientos de las uvas dependen de: variables climáticas y tecnológicas, de las características del suelo; de la infraestructura disponible, del ciclo económico, entre otras. Los rendimientos de todas las uvas tienen un rendimiento histórico de 125 qq. Las uvas rosadas son las que muestran el mayor rendimiento histórico (158 qq) y el menor las tintoreras (78 qq). Los mayores rendimientos de las tintas se dan en La Rioja, San Juan y Norte de Mendoza; y los menores en el Sur, el Centro y Valle de Uco, en Mendoza”. Las uvas rosadas muestran sus mayores rendimientos en San Juan y el Este de Mendoza y los menores en el Sur de Mendoza.
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