Productores elaboradoras y pequeñas bodegas de distintas zonas productivas de la Argentina, de Cafayate en Salta al Norte a San Rafael, Mendoza, en el Sur, pasando por Catamarca, La Rioja y San Juan, celebraron al Vino Argentino, Bebida Nacional en una serie de festejos organizados en conjunto entre los Centros de Desarrollo Vitícola, que articulan la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR), a través de su unidad ejecutora de Producción Primaria, y el INTA, los gobiernos provinciales y municipios de los que participaron más de 4.000 personas en distintas festividades organizadas el pasado 24 y 25 de noviembre.
En total una 90 bodegas o pequeños elaboradores de vinos de distintas regiones del país celebraron a la Bebida Nacional con degustaciones, concursos de etiquetas, catas, patios de comida y espectáculos musicales con entrada libre y gratuita.
El Vino Argentino es una fiesta y todos los 24 de noviembre de cada año se celebra que es la bebida nacional y parte de la cultura de los argentinos. El 24 de noviembre se conmemora la declaración del Vino como Bebida Nacional. Primero fue por decreto presidencial en 2010 y luego en 2013 fue por una ley aprobada por unanimidad en el Congreso. Desde esa fecha, todos los años se celebra el valor cultural que tiene el vino y la vitivinicultura, su arraigo con la tierra y su rol constitutivo en la historia identidad de los argentinos.
Las celebraciones del vino, que la COVIAR despliega cada año a lo largo de todo el país, a través de los Centros de Desarrollo Vitícola, que como red de asesoramiento y transferencia de conocimientos y tecnología para productores sostiene y administra junto al INTA, son parte de los objetivos trazados por el Plan Estratégico Vitivinícola en su actualización al 2030 en pos de una vitivinicultura federal, inclusiva y diversa.
¿Por qué se celebra el 24 de noviembre?
Fue el 24 de noviembre de 2010 cuando se firmó el decreto presidencial que declaró al vino como la Bebida Nacional. Esta declaración es un reconocimiento al valor cultural que tiene el vino y la vitivinicultura, y a su rol en la identidad de los argentinos. Además, en ese primer decreto, que luego en 2013 fue ratificado por una ley con unanimidad de votos en el Congreso Nacional, se reconoce al vino como un alimento que forma parte de nuestra dieta.
Argentina es el país vitivinícola más importante de América del Sur y uno de las 10 más destacados en el negocio vitivinícola mundial. Y fue el primer país del mundo que declaró al vino como su Bebida Nacional.
Desde la producción primaria hasta la distribución y comercialización, la vitivinicultura es un motor creador de empleos. La cadena vitivinícola genera más de 110.000 puestos de trabajo directos y más de 280.000 empleos indirectos.
Nuestra geografía vitivinícola se nutre del trabajo de más de 17.600 productores primarios que brindan materia prima de calidad a las casi 900 bodegas. La incorporación de tecnología ha permitido alcanzar altos estándares cualitativos con una producción vitivinícola sustentable, inclusiva y que aborda el futuro con una mirada estratégica.