En mayo de este año la ministra de Desarrollo Social de la Nación, Victoria Tolosa Paz, el presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), Martín Hinojosa, y el presidente de la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR), Mario González, firmaron un convenio y lanzaron la convocatoria para participar de un fondo de asistencia a productores de hasta 10 hectáreas que hayan sufrido daños por contingencias climáticas en todo el país. El programa por $500 millones fue ejecutado con éxito en su totalidad por COVIAR, a través de su unidad Producción Primaria, y el INV, beneficiando directamente a 3.538 productores de siente provincias argentinas con ayudas individuales que fueron de $80.000 como mínimo hasta $160.000, que fueron destinadas a labores culturales y mejoras en viñedos para recuperarlos y que vuelvan a producir en las mejores condiciones posibles pensando en la Vendimia 2024.

La Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR) es un organismo público-privado que gestiona y articula las acciones necesarias para cumplir con los objetivos del Plan Estratégico Argentina Vitivinícola 2030 (PEVI), asumiendo el desafío de transformar el sector vitivinícola y potenciar su desarrollo. Lo integran 12 cámaras empresarias y productivas del sector, el INTA e INV en representación del Gobierno Nacional y los gobiernos de las provincias vitivinícolas.

La ayuda, entregada como Aportes No Reembolsables, por $500 millones que llegaron del Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Desarrollo Social, benefició directamente a 3.538 productores de Mendoza, Catamarca, La Rioja, San Juan, Neuquén, Río Negro, Tucumán y Salta. Estos viticultores recibieron asistencia técnica gratuita a través de dos visitas en sus fincas a fin corroborar la ejecución del plan de poda propuesto, logrando una recuperación de las viñas para la temporada 2023-2024.

“Con esta ayuda pudimos solventar el gasto de poda en el viñedo e invertir en abono para darle más fuerza a las plantas con el objetivo de mejorar el rendimiento para la próxima cosecha”, explica Fernanda Rufini, propietaria con su familia de la finca de Isabel Montalvo de Rufini ubicada en Junin Mendoza.

“Para los productores más chicos, que tienen una gestión familiar de su finca y que sufrieron mucho este año las duras heladas y el granizo, esta ayuda es un aliciente muy importante porque permite que cada uno de ellos puedan seguir en la actividad”, destacó Mario González, presidente de COVIAR.

Dentro de Producción Primaria de COVIAR, los Centros de Desarrollo Vitícola (CDV) que se gestionan en alianza con el INTA y están operativos en todo el país tienen un rol estratégico decisivo para poder llegar con ayuda y asistencia técnica necesaria para los productores más pequeños de todo el país.

La inscripción de los pequeños productores beneficiarios se hizo a través de los Centros de Desarrollo Vitícola (CDV) que se encuentran abiertos y operativos en todas las zonas vitícolas del país y en las oficinas de COVIAR en Mendoza y San Juan. Todos los beneficiarios debían estar registrados en el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) y con sus viñedos geolocalizados; y contar con el certificado de daño debidamente emitido por las Direcciones de Contingencias Climáticas de cada una de las provincias donde está ubicada la unidad productiva. Por ello fue fundamental también la participación de cada uno de los Ministerios de Economía o Desarrollo Productivo de las provincias vitivinícolas y las instituciones empresarias y agrupaciones como la Asociación de Viñateros de Mendoza, Cámara Riojana de Productores Agropecuarios (CARPA), Cámara de Productores Vitícolas de San Juan, la Federación de Cámaras Vitivinícolas de la República Argentina y la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas (ACOVI), quienes brindaron asesoramiento y ayuda a productores para que puedan acceder a este beneficio.