Las autoridades de la Corporación Vitivinícola Argentina -COVIAR- se reunieron en la tarde de hoy con el ministro de Desarrollo Productivo, Daniel Scioli, para avanzar en una agenda de competitividad que potencie las exportaciones y genere divisas para el país. El objetivo del encuentro fue acercar al ministro algunas necesidades y problemáticas que hoy afectan al sector e intercambiar ideas acerca de temáticas de relevancia en beneficio de la vitivinicultura argentina, hoy una actividad presente en 18 provincias del país. Como resultado se abrió una línea directa de trabajo y articulación para avanzar en medidas concretas.

Entre las problemáticas planteadas, desde COVIAR se alertó sobre el impacto para una actividad netamente generadora de divisas como es la vitivinicultura; las trabas vigentes para la importación de insumos; la pérdida de competitividad por efecto del atraso cambiario, la vigencia de los derechos de exportación para el vino fraccionado y el mosto; la denuncia al dumping y subsidios al jugo concentrado de uva en Estados Unidos, entre otros. Además, se insistió en la necesidad de trabajar sobre la agenda de negociaciones internacionales para facilitar las exportaciones de toda la cadena vitivinícola.

El encuentro con el ministro Scioli contó con la presencia de José Alberto Zuccardi, presidente de COVIAR; Eduardo Sancho, presidente de la ACOVI (Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas); Adolfo Brennan, vicepresidente de UVA (Unión Vitivinícola Argentina); Fernando Morales, presidente de CAFEM (Cámara Argentina de Fabricantes y Exportadores de Mosto); Gustavo Samper de la Cámara Vitivinícola de San Juan; José Molina de la Cámara de Productores Vitícolas de San Juan; Ariel Lucero, ministro de Producción de San Juan y Ariel Schale, secretario de Industria y gestión comercial externa del Ministerio de la Producción de la Nación.

La reunión tuvo como objetivo continuar con el diálogo en torno a la problemática relacionada con los derechos de exportación y el impacto del tipo de cambio. La vitivinicultura participó al cierre de 2021 con poco más de 1.000 millones de dólares en el mercado global, en un contexto mundial que llega a los 35.000 millones de euros de exportaciones. Esto implica una gran oportunidad de crecimiento en valor y construcción de marca país.

“Lo que vinimos a plantear, también, es que la vitivinicultura no es parte del problema sino de la solución; exportamos mucho más de lo que importamos; somos altamente rentables para el país por ese lado, y también en la generación de marca país que el vino desarrolla en el mundo. Exportamos cerca de 300 millones de botellas, cada una va con un rótulo que habla del país, el productor, de la región y de la variedad. Es decir, comunicamos la marca de Argentina. En este sentido, creemos justo también –y fue bien recibido el planteo- poder eliminar en el corto plazo los derechos de exportación que el vino paga y que, como producto con mucho valor agregado, entendemos que no debería tener”.

Durante la jornada se logró dejar en claro la posición en torno a la posibilidad de recuperar la estructura de incentivo a la exportación y el incremento de reintegros, que en 2021 subió al 7% con impacto positivo a las exportaciones. “Sin embargo, es importante tener en cuenta que es momento de volver a considerar medidas que favorezcan la exportación. El mundo tiene aranceles cero para la exportación del vino y esto desfavorece a nuestro país con notable impacto en nuestra competitividad”, dijo Zuccardi.

En cuanto a los desequilibrios en el sector, se planteó la relevancia de articular un esquema de comunicación permanente para resolver los problemas que se están dando en el aumento del costo de dos industrias que abastecen al sector, como el vidrio y el cartón. Este incremento que excede un 200% hoy impacta en el valor de la botella. “Queremos ayudar para que estas industrias se ordenen y no nos desequilibren”, comentaron desde COVIAR.}

Desde el Ministerio de Desarrollo Productivo se aseguró que la restricción del Banco central tiene un sendero corto de vigencia, se trata de una medida que nació por 90 días debido a una situación de emergencia asociada a compras extraordinarias en precio, energía y combustible, que se alivianan a partir del 15 de agosto. “Este sendero de incomodidad está muy cerca del final, camino a la flexibilización”. En ese sentido aseguraron el tratamiento de los casos a través de un canal abierto de comunicación en línea directa con la cartera productiva nacional.

“Si hay un sector modelo, de vanguardia, de sinergia entre lo público y privado, es el que representa la industria vitivinícola. Les agradezco que hayan traído sus prioridades para trabajarlas y avanzar en soluciones para el sector”, aseguró el ministro.

En este sentido, destacó especialmente el trabajo conjunto, de manera articulada, con el Banco Central y el Ministerio de Economía, “para ir atendiendo las distintas realidades de todo el aparato productivo” con el objetivo de “profundizar las políticas industriales, qué nos digan qué van a producir, qué necesitan y cómo pueden incrementar exportaciones”.

Sobre el escenario se refirió a circunstancias puntuales y de corto plazo sobre las limitaciones de reservas a raíz del aumento del precio de la energía. “Para el país, es clave el desarrollo de la industria y de las economías regionales y en nuestra mesa de trabajo cotidiana atenderemos la realidad del sector que sabemos es de alto aporte para la Argentina”, dijo Daniel Scioli.