Una vez más, la tradicional celebración del Fondo Vitivinícola superó su propio récord en asistencia de público y ofreció un espectáculo original y de alta calidad artística en el que se recaudaron 6500 kilos de donaciones. Lisandro Aristimuño, la Filarmónica y grandes artistas brillaron sobre el escenario. En la previa, la protagonista fue la música cuyana. 

En el marco de una hermosa noche de verano, la Fiesta de la Cosecha marcó ayer un nuevo un hito cultural en el calendario vendimial, con récord de asistencia. Más de 14 mil personas disfrutaron de esta 17° edición, que reunió a Lisandro Aristimuño, la Orquesta Filarmónica de Mendoza y a grandes talentos mendocinos en un concierto memorable, realizado junto a los viñedos del Aeropuerto Internacional Gobernador Francisco Gabrielli y gracias al cual se recaudaron 6500 kilos de donaciones (alimentos, leche en polvo, pañales e elementos de higiene).

De este modo, la tradicional celebración del Fondo Vitivinícola se consolida como una de las propuestas más originales y de excelencia artística en tiempos de Vendimia, en la que se destacan su diseño musical -específicamente pensado para la ocasión- y la puesta en valor de grandes artistas de la provincia.

COVIAR participó a través de sus autoridades y sumó apoyo en el marco del Plan Estratégico Vitivinícola a este tradicional festejo de la Fiesta Nacional de la Vendimia.

La Orquesta Filarmónica de Mendoza dio inicio al esperado concierto con un repertorio que abrevó en compositores clásicos y tuvo como broche de oro, un apunte latinoamericano. Bajo la batuta del maestro venezolano César Iván Lara, la orquesta interpretó la obertura de la “Caballería ligera”, opereta de von Suppé (popular por ser utilizada en escenas de galope); “Danza eslava N° 8”, de Dvorak; Introducción, Aragonesa y Los Toreadores, de la suite “Carmen”, de Bizet; y finalizó con la “Conga del fuego nuevo”, del compositor mexicano Arturo Márquez.

La música cuyana llegó en el momento de la cosecha de las vides, con Carla y Yolanda Navarro sobre el escenario. Madre e hija, ambas cantoras, e integrantes de una familia de larga tradición artística, pusieron voz y corazón a tonadas, cuecas y gatos cuyanos acompañadas por Exequiel Sandoval, Federico Chavero y Joaquín Guevara en guitarras. Sonaron “Nada más que una tonada”, de Ernesto Villavicencio; “Cueca del regador”, “Trenzal de perlas” y “Vendimia de dos”, de Fabiano Navarro –mellizo de Yolanda y considerado uno de los grandes compositores del folklore contemporáneo en Cuyo-; y a continuación “La Cañadita Alegre”, de Hilario Cuadros; “La flor ausente”, de Saúl Quiroga; y “La parra de mis recuerdos”, de Anselmo Bustos.

Nuevos aires folclóricos fluyeron en la cálida noche con “Soltando coplas”, de los Orozco-Barrientos, que reunió a Julieta Villar Cangemi, Guevara y la Orquesta Filarmónica; “Madre y sol”, de Polo Martí y Marcelino Azaguate, tema al que se sumaron Yoyo Sevilla, en guitarra y Javier Montalto, en voz. Seguido, el “Pulpo”, uno de los referentes jóvenes de la escena contemporánea, compartió con Lisandro Aristimuño la aplaudida “Sueño del tomero”, Daniel Morcos y Gregorio Torcetta.

Ya en el escenario, el cancionista rionegrino se quedó junto a la Filarmónica, para desandar un puñado de canciones con exquisitos arreglos orquestales de los mendocinos Joaquín Guevara y Juan Emilio Cucchiarelli, quienes también lo acompañaron desde guitarra y teclado; y dirección musical de Polo Martí.

Este fue el primer concierto sinfónico de Aristimuño, artista inquieto y versátil como pocos; y conocido por la singularidad de sus shows en vivo, en los que sus canciones adquieren, siempre, una nueva sonoridad porque las versiona. Para el concierto eligió 8 temas de su extensa obra, que se materializa en 6 discos de estudio editados desde la autogestión: la selección incluyó “Azúcar del estero”, del álbum doble “Las crónicas del viento”; “Me hice cargo de tu luz”, de “39°”, una canción dedicada a Mendoza que encendió, especialmente, a la platea femenina; “Elefantes”, del celebrado “Mundo anfibio” (con un vibrante acompañamiento de los experimentados Matías Gorordo, Matías García Calcumil y Pablo Quiroga en la percusión) y  “La última prosa” (“Ese asunto de la ventana”).

La Fiesta de la Cosecha fue una producción original de la Fiesta de la Cosecha. La idea y dirección general estuvo a cargo del Fondo Vitivinícola de Mendoza y, por primera vez, este año se suma la Municipalidad de Las Heras en la co-gestión con el acompañamiento de Aeropuertos Argentina 2000, Estancia Mendoza y la Secretaría de Cultura del Gobierno de Mendoza.

 

Instituciones beneficiarias

 Las 6500 kilos de donaciones serán donados a cuatro comedores y merenderos infantiles de Las Heras: el comedor El Rebaño, ubicado en el Barrio Belgrano, distrito El Resguardo y al que asisten unas 40 personas; el merendero Por una sonrisa (San Martín y Emilio Coni) que recibe a 40 niñas y niños; el comedor Isabel, que asiste a unas 200 personas en el Barrio Espejo; y el comedor Zamora, al que acuden 120 personas del barrio Don Bosco. Estas instituciones, además de la ayuda alimentaria, ofrecen diferentes talleres de oficios, salud y recreativos para los niños y sus familias.

La Corporación Vitivinícola Argentina colabora con este evento en el marco del Plan Estratégico Vitivinícola.

Información y fotos: Fondo Vitivinícola Mendoza